¡Felicidades a las empresas que le dan más tiempo libre al personal!
Pilita Clark
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Pilita Clark
El primer lunes de este mes, millones de personas se despertaron con su alarma, se frotaron los ojos y se prepararon para otra semana de trabajo. En Unilever, se quedaron en la cama. O fueron a la playa, o disfrutaron de un maratón de Netflix o cualquier otra cosa que quisieran, porque su compañía les había dicho que se tomaran el día libre.
El gigante de los artículos para el hogar ofreció lo que llamó un Día Mundial de Agradecimiento a sus trabajadores por sus meses de productividad inducidos por la pandemia. Desde que una gran parte de los 155 mil empleados del grupo comenzaron a trabajar desde casa este año, la duración de su semana laboral promedio ha aumentado en aproximadamente un 9%.
Cerca del 90% de los empleados que solían estar en una oficina están trabajando la misma cantidad o más que antes de que comenzaran los confinamientos, me dijo la compañía hace unos días.
Algo similar puede estar sucediendo en Google, que le dio a su personal un día libre a principios de septiembre.
La iniciativa de Google fue precedida por las de pequeñas empresas de tecnología de EEUU como Chegg, un equipo de aprendizaje en línea que cerró durante un día en abril, una semana en julio y los viernes durante el verano para darles un descanso a sus 1.600 trabajadores.
Actuó después de ver el estrés de su personal al tener que lidiar con ser padres, maestros y empleados en pleno funcionamiento mientras la pandemia se afianzaba. "Nos dimos cuenta de que teníamos un gran problema en nuestras manos", dice Debra Thompson, directora de personal de Chegg.
Es posible sentir empatía por esos trabajadores y al mismo tiempo reconocer que su situación podría ser peor: pregúntale a cualquiera que acaba de perder su trabajo o a los que probablemente lo perderán pronto.
También puedes ser escéptico al respecto, que es lo que sentí la primera vez que supe de los esfuerzos de Google. A principios de este año, su matriz, Alphabet, se convirtió en el último coloso tecnológico en alcanzar el antes impensable valor de mercado de US$ 1 billón (un millón de millones).
Darle un día libre a su fuerza laboral relativamente pequeña (127.500 en junio) parece eminentemente factible.
Pero a la vez es cuestionable. Un día de licencia es alentador, pero si la carga de trabajo sigue igual y no se hace nada más, es difícil imaginar que tendrá un verdadero impacto.
Aún así, le doy puntos a cualquier empresa que ofrece tales descansos, especialmente en una nación de vacaciones inútiles como EEUU, prácticamente la única economía avanzada que no les garantiza a los trabajadores vacaciones pagadas.
Por un lado, un día libre en toda la empresa envía una señal de que los líderes comprenden la existencia del agotamiento, un efecto secundario grave de la pandemia, sin importar dónde trabajen las personas.
Los empleados en un lugar de trabajo físico están tan preocupados por la fatiga y el agotamiento como las personas que trabajan de forma remota, según una encuesta de casi 4 mil personas en 11 países publicada el mes pasado. En ambos casos, el 43% de los encuestados dijeron que estaban preocupados.
Un ejecutivo que ofrece un día libre también parece ser el tipo de líder dispuesto a experimentar con otras medidas admirables contra el agotamiento, como días sin reuniones o, mejor aún, semanas sin reuniones.
Esa palabra, "experimento", es fundamental. Nadie sabe realmente cómo gestionar una fuerza laboral en una crisis de esta magnitud. Algunas ideas están destinadas al fracaso. Algunas necesitarán un refinamiento drástico.
Lo principal es intentarlo, como están aprendiendo los pioneros de los días libres. Algunas empresas han descubierto que cuando les ofrecen a sus empleados la posibilidad de tomarse un viernes libre, esos empleados se pasan todo el sábado poniéndose al día, por lo que hay que hacer más para aliviar la carga de trabajo.
Otros piensan que un día libre funciona mejor cuando toda la empresa entera deja de trabajar: es difícil desconectarte en Nueva York si sigues recibiendo llamadas de trabajo desde Londres. La uniformidad no siempre es posible.
Unilever intentó asegurarse de que todos se tomaran el mismo día libre en su Día Mundial de Agradecimiento. Pero se tuvieron que hacer excepciones para el equipo de finanzas, que estaba ocupado terminando las últimas cuentas trimestrales. Los días festivos locales significaron que los empleados en algunos países se tomaron un día libre diferente al resto de la empresa.
Otras empresas enfrentarán diferentes problemas. Algunas probarán remedios completamente diferentes. Lo principal es comprender la naturaleza del problema y luego intentar solucionarlo.